Me atrajo con el imán de lo
primario, la razón cedió el paso caballerosamente a la genitalidad sin
adjetivos, sentada en el bidé me extrajo el kinder sorpresa que respondió con
la seguridad de quien se siente interpelado y admirado, chupó mientras yo leía
pareados ofensivos en los azulejos, desahogué sin gusto ni pena, me fui sin
hablar, la dejé limpiándose la barbilla, mañana amanecerá nuboso y es muy
probable que vuelva a vejarme sin necesidad.
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